La relación entre autónomos, pymes y clientes suele ser fluida y sencilla en la mayoría de los casos, sin embargo, hay situaciones que generan tensiones e incomodidad, como cuando un cliente no quiere factura.
Esta circunstancia es más común de lo que parece y puede situar al profesional en una posición complicada: por un lado, la obligación legal de emitir factura; por otro, la presión del cliente para evitar dejar rastro fiscal.
En este artículo vamos a analizar qué hacer en estos casos, qué dice la normativa española, los riesgos que implica no emitir la factura y cómo manejar la situación de manera profesional y legal.
Índice
La obligatoriedad de emitir factura
El Reglamento de facturación (Real Decreto 1619/2012) es claro:
Todo empresario o autónomo que realice una entrega de bienes o prestación de servicios debe emitir factura.
La factura debe cumplir con los requisitos legales: numeración correlativa, identificación fiscal, descripción del servicio o producto, importe, impuestos, etc.
Es decir, aunque el cliente no quiera factura, el profesional sigue estando obligado a emitirla.
Por qué algunos clientes no quieren factura
Existen diferentes motivos por los que un cliente puede rechazar una factura:
- Clientes particulares que piensan que así el producto o servicio les saldrá más barato al ahorrarse el IVA.
- Empresas o profesionales que desean reducir gastos sin declararlos.
- Situaciones de economía sumergida, donde se busca evitar cualquier registro fiscal.
En la práctica, detrás de la frase “no hace falta que me hagas factura” suele haber un intento de evadir impuestos.
Riesgos de no emitir factura
Ceder a la presión de un cliente que no quiere factura puede traer consecuencias graves:
- Multas de Hacienda: las sanciones por no emitir factura van de 300 € a 6.000 € por cada incumplimiento.
- Pérdida de control contable: sin factura no hay forma de justificar ingresos y gastos.
- Problemas legales: se considera una infracción tributaria y, en casos graves, puede derivar en fraude fiscal.
- Inseguridad para el autónomo: sin factura, no hay documento que respalde el servicio realizado en caso de reclamaciones.
Cómo responder cuando el cliente no quiere factura
En estas situaciones, lo más importante es mantener la profesionalidad. Algunas respuestas útiles son:
- Explicar la obligatoriedad: “Por ley, estoy obligado a emitir factura por todos los trabajos que realizo”.
- Poner en valor la factura: “Con la factura tendrás garantía y podrás reclamar en caso de cualquier problema”.
- Reforzar la confianza: “Emitir factura es lo que asegura que todo se hace de manera profesional y transparente”.
Lo esencial es transmitir que no se trata de una elección, sino de una obligación legal que protege a ambas partes.
Qué hacer si el cliente insiste en no querer factura
Si el cliente sigue insistiendo, el autónomo tiene dos opciones:
- Negarse a trabajar sin factura: es lo más recomendable para evitar problemas legales.
- Emitir la factura igualmente, aunque el cliente no la quiera. La factura debe registrarse en la contabilidad y declararse en Hacienda.
En otras palabras: aunque el cliente no la recoja o no la quiera, el profesional debe emitir y conservar la factura.
Diferencia entre cobrar en negro y emitir factura
Cuando un autónomo acepta el pago sin emitir factura, se habla de cobrar en negro.
Esto puede parecer una solución rápida, pero:
- Es ilegal.
- Supone un riesgo de sanciones muy elevadas.
- Devalúa la profesionalidad del autónomo.
En cambio, emitir la factura protege al profesional, genera transparencia y permite justificar ingresos de cara a préstamos, ayudas o jubilación.
Ejemplo práctico: un fontanero y el cliente sin factura
Imaginemos un caso:
- Un fontanero arregla una avería en casa de un cliente.
- Al terminar, el cliente dice: “No me hagas factura, así me sale más barato”.
- El fontanero sabe que debe repercutir el IVA.
En este punto, tiene dos caminos:
- Aceptar → cobrar en negro, arriesgándose a sanciones.
- Emitir la factura → aunque el cliente no la quiera, la emite, la registra en sus libros y cumple con la ley.
El segundo camino es siempre el correcto.
Qué pasa si el cliente no paga cuando le haces factura
En ocasiones, el rechazo de la factura esconde el temor de que, al estar registrada, el cliente tenga que pagar más (por IVA o retenciones).
Si después de emitir la factura el cliente se niega a pagar:
- La factura sigue siendo válida.
- El autónomo puede reclamar judicialmente el pago.
- Existen mecanismos como el procedimiento monitorio o la factura rectificativa en caso de impago prolongado para recuperar el IVA.
Emitir la factura, incluso si el cliente no paga, sigue siendo la opción más segura.
Ventajas de emitir factura siempre
Aunque algunos clientes lo vean como un inconveniente, emitir factura ofrece muchas ventajas:
- Seguridad jurídica → sirve como prueba en caso de impagos o disputas.
- Acceso a financiación → los ingresos justificados son necesarios para solicitar préstamos o hipotecas.
- Transparencia fiscal → evita sanciones y problemas con Hacienda.
- Profesionalidad → transmite seriedad y confianza al cliente.
- Acceso a deducciones → solo con facturas emitidas y registradas se pueden deducir gastos.
Estrategias para educar al cliente
Si un autónomo se encuentra a menudo con clientes que no quieren factura, puede aplicar estrategias para evitar conflictos:
- Informar desde el principio → dejar claro que todos los trabajos incluyen factura.
- Incluir el IVA en el presupuesto → así el cliente ya sabe de antemano el precio final con impuestos.
- Mostrar el valor añadido → explicar que la factura da derecho a garantías, seguros y reclamaciones.
¿Qué ocurre con la factura simplificada?
En ciertos sectores (hostelería, transporte, ventas al por menor), la normativa permite emitir factura simplificada en lugar de una completa, siempre que el importe sea inferior a 400 € o hasta 3.000 € en algunos casos.
Esto puede ser una solución para clientes que no quieren dar demasiados datos, aunque igualmente se emite factura y se declara a Hacienda.
Conclusión Qué hacer si el cliente no quiere factura
Cuando un cliente no quiere factura, la respuesta siempre debe ser la misma: el autónomo está obligado a emitirla.
No hacerlo implica:
- Riesgos legales y sanciones.
- Pérdida de profesionalidad.
- Falta de seguridad en caso de impagos o disputas.
Emitir la factura no es solo una obligación, es también una herramienta de protección y de crecimiento profesional.
Aunque algunos clientes lo vean como un inconveniente, la factura es la garantía de que todo se hace correctamente.
En definitiva, aunque el cliente no quiera factura, el autónomo debe emitirla, registrarla y declararla.
Esa es la única manera de trabajar de forma legal, transparente y profesional.